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HE CREADO ESTE BLOGG CON EL OBJETIVO DE INSTAURAR CONCIENCIA EN LOS DOMINICANOS, PARA QUE JUNTOS RESTEMOS PODER A LOS POLITíCOS Y SE LO OTORGEMOS AL PUEBLO. PORQUE SE QUE EXISTEN MUCHOS CIUDADANOS QUE ESTÀN HARTOS DE QUE LOS POLÌTICOS CORRUPTOS HURTEN EL PATRIMONIO DEL PAíS.

REVOLUCIÒN POR UNA SOCIEDAD APARTIDÌSTA.

miércoles, 22 de febrero de 2012

¡MIGAJAS ES LO QUE MERECE ESTE PUEBLO POR SER TAN BOBO!

Un proyecto risible de Roberto Salcedo

Por cierto, en la ciudad de Santo Domingo hay miles de establecimientos en las calles, que ocupan espacios públicos, y que expenden comida sin ningún criterio de salubridad. En realidad son vectores de transmisión de virus e infecciones.

Un proyecto risible de Roberto Salcedo
Roberto Salcaedo, alcalde del Distrito NacionalArchivo/Acento.com.do

El alcalde de la capital, Roberto Salcedo, acaba de anunciar el programa “Buenos días, Ciudad”, que busca beneficiar a una cantidad aproximada de 3 mil personas al día, con el brindis gratuito de té, café y jengibre en horas de la mañana, según el alcalde para “buscar un acercamiento” con la ciudadanía y devolverle con este servicio parte de los impuestos que paga.

No se trata de un chiste, algo que cualquiera podría pensar. Es algo serio y Roberto Salcedo no permitirá que se juegue con esta iniciativa como se jugó –y se disfrutó- con el parque temático de las avenidas Abraham Lincoln con John F. Kennedy.

El alcalde dijo que se trata de de “reciprocar todo el afecto, el cariño, la confianza que los munícipes han colocado en este ayuntamiento”. Le puso mucho carácter el señor alcalde, se puso en una fila para ser el primero en recibir su bebida energizante, tomando en cuenta que se trata de una iniciativa “de gran trascendencia”.

Hay que decir que a nadie debe sorprender el concepto que tiene el señor alcalde de la ciudad de Santo Domingo. No asiste a sus oficinas desde donde debe coordinar el trabajo con los equipos técnicos del Ayuntamiento del Distrito Nacional. En cambio, posee oficinas móviles, que se mueven por toda la ciudad en un carromato, para el alcalde poder ver cómo se ve y cómo fluye la parte de la ciudad que le toca gobernar.

Sospechamos que esta iniciativa, de colocar docenas de empleados en las calles en horas diversas, entregando café, té y galletas a los transeúntes, parte del criterio de que ya todo lo que corresponde al Ayuntamiento, como parte sustancial de su trabajo, se cumple fielmente y hay que poner personas a realizar otras tareas.

Asumamos que el señor alcalde está pensando en iniciativas como las que tomó Antanas Mockus en Bogotá, por ejemplo para ayudar a resolver el problema del transporte, que se auxilió de payasos para evitar las violaciones a las leyes de tránsito. Si parte de este criterio, Roberto Salcedo tiene razón, pero debe comenzar por definir bien su proyecto.

Salcedo no sabe cuánto dinero le costará el proyecto a la ciudad. Tampoco sabe qué se quiere obtener con esto. ¿Ciudadanos más educados, más respetuosos, mejor alimentados, menos violentos, más solidarios? Nadie sabe. El alcalde no lo ha dicho ni parece que pueda explicarlo con sentido de integración social. Sus palabras son vagas y evidencian a un funcionario que quiere ser agradable y que no sabe cómo hacerlo, pese a la gran experiencia como comediante que tiene el queridísimo Roberto Salcedo.

Una cosa sencilla, pero importante para la ciudad. ¿Quién cuidará la higiene de las galletas, del café o del jengibre que se distribuya? Por cierto, en la ciudad de Santo Domingo hay miles de establecimientos en las calles, que ocupan espacios públicos, y que expenden comida sin ningún criterio de salubridad. En realidad son vectores de transmisión de virus e infecciones.

Y nadie actúa. Los espacios públicos desaparecen cada día y el ayuntamiento no hace nada. Los vehículos se roban el espacio peatonal y nadie los defiende, los mercados son centros infecciosos, sin atención alguna. Los cementerios no tienen orden ni se respeta nada. La gente tiene que, al enterrar a un difunto, romper las cajas en que se sepulta a la persona, para que no se la roben.

La basura está a montones por doquier. Los letreros ocupan el espacio público. Zonas de la ciudad se han convertirdo en centros comerciales de expendio de cualquier producto o servicio, sin autorización. Estaciones de combustibles, dealers, farmacias, talleres de vehículos, chinchorros con expendio de frutas, cocinas para trabajadores de la construcción en las avenidas. Todo ocurre en esta ciudad. Y para colmo el alcalde ni siquiera vive en el Distrito Nacional.

El alcalde tiene que aclara lo que quiere hacer. Pero regalar té, café y galletas no es su atribución ni tiene sentido. La gente no es eso lo que desea ni espera del alcalde. La gente espera que el señor alcalde atienda sus funciones, implante políticas de protección de la ciudad, políticas de circulación, de ordenamiento urbano, de limpieza, de servicios y de muchas otras urgencias que tiene la ciudad.

La ciudad es un ente vivo, un cuerpo que se mueve, que requiere espacios para respirar y el alcalde debe saberlo. Galletas, café y jengibre no es el remedio que necesita, requiere o demanda la ciudad. Quiere espacios libres, limpios, buena circulación, higiene en los servicios de terceros y supervisión eficiente en las grandes y pequeñas vías de la ciudad. Con eso basta, y Salcedo será recordado, aunque no viva en la ciudad.

2 comentarios:

FRANCIS GONZALEZ dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
FRANCIS GONZALEZ dijo...

Jajaja..!! Despuès de estar hastiados de saquearnos hasta mas no poder los "honorables" ministros y funcionarios de este gobierno nos dan migajas. Diría yo que por aburrimiento, de tanto dinero sustraído de nuestro patrimonio, cafè y tè tome pueblo una migaja mas como la famosa tarjeta solidaridad.

22 de febrero de 2012 15:01